viernes, 21 de septiembre de 2012

Repasando


El otro día viví una situación traumática cuando mi sobrino de 3 años tuvo que interrumpir su siesta en plena fase REM para ir al cole por primera vez en su vida. Nos miraba con cara de “no entiendo por qué me hacéis esto, ya he ido esta mañana” mientras un puchero asomaba en su carita con los ojos hinchados. Yo le intentaba argumentar que iba a ser divertido, pero está claro que cuando tú no estás convencida de algo no puedes convencer al de enfrente, por mucho que le saques unos añitos de ventaja. Y lo único que conseguí es que no quisiera ni despedirse de mi antes de montarse en el coche camino de lo que él únicamente ve como “sitio que me impide dormir y ver Caillou”. La verdad es que menos mal que no soy yo su madre, porque si lo llego a ser, en cuanto veo el puchero le vuelvo a meter en la cama y compro los derechos de Caillou para que lo pueda ver cuando quiera. ¡¡Yo ni le escolarizaba!!  

Ayyy, y lo que te queda mi niño.

Pues no hemos sufrido todos con los madrugones, con tener que volver al colegio después de comer en primavera con un calor de aúpa, que cuando salías por la puerta oías la música de Falcon Crest en la tele, y hubieras dado tus manos con tal de quedarte a ver las maldades de Angela Channing en lugar de irte a un examen sorpresa de inglés a “primera” y clase de gimnasia a “segunda”, para salir toda sudada con el hombro deslomado por tener que llevar 5 mochilas entre libros, ropa de gimnasia y extraescolares… Y llegabas a casa… - ¿Te has comido el bocadillo? -.

- ¡¡A ver!! ¡¡¡No lo he encontrado!!! En qué mochila estaba???!!! -.

Así que te echaban un vistazo rápido, te daban crema para los moratones en los hombros, y te ponían tu bocata de Nocilla y tu vaso de leche mientras veías “El Planeta Imaginario” con una rallada monumental, dudando de si eras un poco corta, o si el programa no era apto para niños con una inteligencia standard.

Luego cuando crecías un poco llegaban los fatídicos exámenes de evaluación, esos en los que te lo jugabas todo a una carta, y la llegada de las notas sí que te hacían vivir en un planeta imaginario:

- ¡¡Lo que han preguntado no lo hemos dado!! Te lo juro!! ¡¡Nadie lo sabia!!! Ni María García, que saca todo “sobres”-.
- No, al final no han dado hoy las notas porque había un problema informático-.
- Esa profesora me tiene manía. ¡¡¡Pero no vayas a hablar con ella!! Que es peor…-.
- ¡¡¡Ha suspendido toda la clase!!!! ¡¡¡Muy fuerte!!!!-.

En esas edades ya la imaginación no se limitaba a excusarte con las notas, empezaba tu vida social, y eso a veces era complicado en casa:

- ¿Que quién va? ¡¡¡Pues todo el mundo!!! - Y te empezabas a inventar nombres de gente a diestro y siniestro. De repente conocías a más gente que Pocholo.
- Duermo en casa de Pepita. No, no tienen teléfono-.

Y para tener una vida social, hace falta tener una economía medianamente saneada: 

- ¿Me das dinero para fotocopias? No, no, no, ya voy yo a hacerlas que me pilla de paso…

Ahora me rio, pero pienso, mas se reirían nuestros mayores oyendo nuestras frases, porque al verlo ahora con la edad y la distancia digo, - Sabían perfectamente que les estábamos contando la misma milonga que contaban ellos -. En el momento nos creíamos los más listos porque sabíamos que ellos también habían sido adolescentes, pero nos convencíamos unos a otros con un – Eran otros tiempos, era distinto -. Si, joder, ¡¡Eran los tiempos de Franco!! ¡¡O andaban vivos o a la cárcel!!! Eso sí que tiene que activar la imaginación. Yo como mucho me comía 3 fines de semana de arresto domiciliario.

De más mayores y ya en la universidad la cosa cambiaba, el control sobre ti era menor, y las pipas menos arriesgadas, sobre todo si estudiabas en la pública, erais 400 por clase, el profesor no sabía de tu existencia, y ni cartas a casa ni leches. En mi entorno había gente que tenia esquemas de las asignaturas que en casa creían que tenia aprobadas y las que no. Un estrés. Yo no sé cómo dormían. Croquis a 6 colores sobre:

- Asignaturas que tengo en convocatoria de gracia. (Nunca he entendido por qué era convocatoria de “gracia”. Ya ves tú la gracia, la suspendes y a la puta calle, el descojono padre vamos).
- Asignaturas que mi madre sabe que he suspendido pero no se lo ha dicho a mi padre.
- Asignaturas que toda mi familia cree que he aprobado pero no, y me van a partir la cara.
- Horario del campeonato de mus

Esa era otra, los campeonatos en la cafetería de la universidad. En la mía había campeonatos de todo. De Mus, de Tute, de Rol, y el más importante, el campeonato de a ver quién conseguía mesa en hora punta. La peña corriendo y haciendo “lanzamiento de 10 metros carpeta” a la única mesa libre. ¿Y sillas? Da igual, hacemos glúteo, lo importante es poder apoyar los vasos  y el cenicero. Mítica cafetería, en la que le gritabas al camarero de toda la vida,¡¡ LO DE SIEMPRE!! , y te ponía una caña para 15.

Pero está claro que todo esto no se lo puedo contar a mi sobrino, por dos motivos, porque todavía no me entiende, y porque lo mismo le da una depresión viendo sus próximos 20 años, y se da al valium, asi que me voy a centrar en explicarle que durante todos esos años, aunque no lo parezca, hay algo que es monumental. Y se resume en 4 palabras: Tres meses de vacaciones.

Es lo que más echo de menos de aquellos años de estudiante. Te plantabas en Junio en vacaciones y hasta Septiembre.
Yo era de esas niñas afortunadas con casita en pueblo de veraneo, se cerraba la casa de “invierno” y hale, a preocuparse solo de extenderte bien el AFTERSUN cuando volvías a casa de la playa a las 8 de la tarde con la nariz fosforita y la espalda pelada. Porque eso sí que es cierto, en mis tiempos de niñez, lo de la protección solar, poca. Vivimos más bien la era de la crema de zanahoria, y todas brillando en la oscuridad. Que te metías en el mar y eras impermeable, las gotas no penetraban en tu piel.  

Pero claro, ahora estamos en septiembre, como para convencer a un pequeñajo de 3 años de que dentro de 9 meses va a poder volver a sus siestas y a Caillou. Y en cuanto empiece a crecer un poquito y mire a su alrededor, y vea que después de esos años, llegan los años del currela, los mismos madrugones, la misma falta de siestas, pero con 20 días de vacaciones a repartir a lo largo de todo el año, pues el pobre  es probable que me saque su dedito corazón, y me diga 3 palabras con las que me siento muy identificada: ALQUILO MI VIDA

Nota de la frikibloguera: Yo lo siento mucho, pero sigo siendo de inteligencia standard, y no lo entiendo, no lo entiendo...





martes, 4 de septiembre de 2012

De culo y cuesta abajo


Es lunes 3 de Septiembre. Ya está aquí, ya llegó. Después de 11 meses esperando las ansiadas vacaciones, aquí estamos de nuevo, en el momento 0, estoy justo a otros 11 meses de volver a tener unas vacaciones de coj…. Si, sé que hay puentes, Navidades, Semana Santa… Pero nada es como el mes de vacaciones de verano… El sol en la cara, un mojito en una mano, una cañita en la otra, el pelo mojado, la chancletas… y días laaaaaaargos.

Si, lo sé, muchos de vosotros estáis igual. Vamos a tomárnoslo con filosofía, o con valerianas. Con lo que queráis.

Total que es el  primer día de curro, y llegas por la mañana a la oficina con cara de almohada, porque tienes el horario  cambiado y ayer te dormiste a las 3 de la madrugada, y cuando te ha despertado  la radio a las 7:00 con “Ey chipirón, todos los días sale el sol”, has pensado, pero si hace dos días oía esta canción a esta mismas horas, muerta de risa… ¿por qué ahora la odio tanto??? ¿Por qué me dicen que todos los días sale el sol si en mi cabeza solo hay una nube negra y por primera vez en 31 días tengo que abandonar mis chancletas para ponerme unos zapatos? ¿Eh? ¿¿Por qué??  Pues sí, la música es la misma, pero el escenario es bien distinto… Pues a “tomar po’l saco”, yo voy a currar en chancletas, mi mente me dice que las vacaciones han acabado, pero mi cuerpo no lo admite.

Y una vez en la oficina, no te acuerdas de la clave del ordenador. ¿Era mi fecha de nacimiento?, ¿el pin del móvil?, ¿el cumple de mi sobrino? Igual era la clave del banco… Uyyyy,  esa es otra, durante un mes has tirado de VISA para todo. Daba igual la pasta que te gastaras,¡¡ POR DINERO  VA A SER!!. De cena, de comida, de pinchos, de copas… Tirabas de tarjeta hasta en el austero chiringuito de la playa, porque lo bueno del verano es que sabes a qué hora sales de casa, pero la vuelta…. Nunca está clara. Así que o vas con tarjeta o acabas juntando tus últimas moneditas con tus colegas con los primeros rayitos de sol y negociando con el camarero qué os puede dar por… 5 euros con 23 céntimos, un cigarro y un mechero sin piedra… Y al camarero le das pena, y te da un paquete de patatas (porque te ve entrando en barrena), y 3 enormes mojitos, sin hierbabuena ni leches, ron y hielo, hale, mañana te vas a cagar…

Así que lo primero que haces una vez consigues encender el ordenador es comprobar los daños colaterales de las vacaciones. Entras en la web de tu banco, y la pantalla se vuelve roja  se va la luz en tu oficina, y … WARNING, WARNING, WARNING…. ¡¡¡Venga ya!!¿Pero cuánto me he gastado? ¿En serio? Eso sí, miras el detalle de cada gasto, y recordando cada uno te sonríes, ha merecido la pena… O si no, recurres a lo fácil… - Yo creo que alguna noche se me ha caído dinero del bolsillo o algo…-. - ¿No le presté dinero a alguien aquel día que acabamos en aquel sitio que…? -.Pero no, olvídate,¡¡ TE LO HAS GASTADO!! ¡¡ Y PUNTO!! Te lo has comido, o bebido, o dejado en el fondo de la piscina cuando te caíste intentando demostrar que ibas bien, así que olvídalo, no está, tienes 11 meses para hacer masa de nuevo, y volver a palmar pasta sin control.

Una vez vistos tus movimientos bancarios, y secado el sudor, y decidido que este mes no te mueves de casa, pasas al siguiente nivel, mirar el correo del curro… Buffff, empiezan a entrar mails…. 41… y sigues esperando…. 62… y sigues esperando… 71…. Buffff, ya lo miraré luego, ahora no soy capaz.

Y se te ocurre que justo en ese momento tienes que coger cita con la peluquería, el dermatólogo,  el ginecólogo, el dentista y el oculista… Y te pones a ello, a buscar en internet el teléfono de todos los especialistas de tu zona, muy importante, no lo puedes dejar pasar, tiene que ser justo ahora. El 15 de agosto no tenías claro ni si tenias seguro médico, pero ahora, es imperiosamente necesario.

…. 89….

Y se te ocurre, que en lugar de buscar en internet  mejor llamar a tu coleguita a ver si te puede facilitar algún teléfono, y mejor que mejor.

- Holaaa -.
- Holaaa -. te dicen al otro lado del teléfono.
- Esto es una mierda, lo llevo fatal, ¿tú qué tal vas? -. le preguntas.
- Buff, de culo y cuesta abajo, yo no quiero estar aquí. ¿Tú sabes qué se puede hacer para un despido inmediato? -.
- Puesss, no lo sé, yo he venido en chancletas, a ver si hay suerte -.

Y te tiras 20 minutillos comentando las mejores jugaditas del mes, con más morriña que alegría.
Y cuando cuelgas quieres morir, ya te han entrado todos los mails, 101 gracias. Por favor, que mi antispam no haya funcionado este verano…

Y ahí es cuando decides que quieres continuar con tu vida del último mes, y te pones a pensar en la combinación ganadora del Euromillon. Voy a mirar en internet cuánto puedo ganar, ¿no puede ser tan difícil no? Si además juego a la quiniela, a la ONCE y al rasca y gana, ¿tengo más posibilidades no?

Y de repente suena el teléfono en tu mesa. Lo miras con una mezcla de angustia, extrañeza y pereza. Descuelgas y es tu jefe, que te da una escasa bienvenida como cabreado porque él se incorporó hace ya una semana, y le jode. Te hace las 3 preguntas de rigor, ¿Qué tal?, ¿descansada? ¿Ya te vas centrando?, y seguido te empieza a dar indicaciones de los pasos a seguir.

- Mira, llama a Paco Pérez y coméntale el tema de “bla bla bla bla bla, ¿vale?. Que hay que cerrar eso ya, es urgente-.
-  Ok, pues en cuanto vuelva de comer le llamo -. Le contestas con el boli en una mano, el cuaderno en la otra, e intentando poner voz de “me interesa mucho el tema”.
- ¿Cómo que en cuanto vuelvas de comer? ¡¡Pero si son las 11:00!!. Llámale ahora y en cuanto hables con él me cuentas…
- Ah, vale… es que me estaba poniendo al día con los mails… - .

¡¡Así que te tienes que poner a currar ya!! ¡¡De inmediato!! ¿¿Estamos locos??? Esto no puede ser sano. Y te vas al baño.

Y ahí, mirándome las ojeras en el espejo perdiendo un rato el tiempo es cuando he pensado que cuando sea súper jefa, que algún día lo seré, voy a ser súper comprensiva. Voy a dar una semana de  “aclimatación”. Como en las guarderías con los pobres nenes que se incorporan por primera vez y están durante unos días jugando con sus madres para hacerse con el entorno… Pues igual, tú te incorporas a tu trabajo y vas con tus colegas, unos diitas, sentados a tu ladito en el ordenador, acompañándote a la máquina de café, secándote las lágrimas y recordándote cada 10 minutos que los viernes también existen y que lo bueno volverá…

Pero bueno, no os preocupéis, si tenéis la misma angustia que yo, os falta concentración, no sois capaces de entender los mails del curro, y no sabéis por dónde empezar, no es grave, es simplemente que la habéis gozado en vacaciones, y eso tiene su precio. Es un síndrome postvacacional de libro, y al igual que el síndrome premenstrual, es un infierno, pero se pasa y nadie te compadece, así que, os toca poneros las pilas y a currar.

Mientras tanto yo os recuerdo que todavía es Septiembre, que quedan muchos días de sol, el veranillo de San miguel, y los viernes, sábados y domingos siguen existiendo.
Y para animaros os dejo una canción que os de un poco de alegria, el video no os hace falta verlo,  porque seguro que simplemente oyendo la musiquilla os vienen a la cabeza vuestras propias imágenes, que por muchos mails que nos manden, quedarán en nuestras cabezas archivadas como Vacaciones 2012.

¡¡¡¡MUCHO ÁNIMO!!!!



Nota de la frikibloguera: Soy consciente de que mucha gente coge vacaciones ahora, en Septiembre, no he hecho referencia a ninguno de ellos en este post, por una razón muy simple, no me gusta cagarme en la gente en público. Pero bueno, como no estoy para perder lectores, que un beso allá donde estéis…

jueves, 2 de agosto de 2012

Marea azul


Dice una canción de Extremoduro, “Va a subir la marea, y se lo va a llevar todo…”. Tiene añitos ya, pero me pasé media carrera estudiando con la música de Extremo a tope en mis orejas. Así me fue.  Ahora mismo no tengo ni idea de ninguna asignatura, pero las letras de las canciones las tengo al dedillo. Qué cosas oye.

Bueno, el caso es que  eso  pasa, la marea sube y se lo lleva todo. Ir a la playa en el norte es lo que tiene, olas, surf, y la marea que sube y baja y arrasa por donde pasa. Estos días las playas se llenan hasta el infinito, y con el calor todo el mundo quiere estar en la orilla. Total que tú estás súper a gustito en primera línea tumbada panzarriba, como recién caída de un avión,  y se te ocurre la pregunta:

 - Oyeeee, ¿A qué hora es la pleamar?-.
Y siempre hay alguien en tu entorno totalmente informado que te responde - A las 16:00 - .
- Andaaaaa,  ¿Y en qué hora vivimos? - .
- Son las 14:05 – te vuelven a informar.
Y tú sigues ahí, impasible, el placer del sol en la cara te impide hacer el más mínimo movimiento -  Ahhh, ¿Y a cuánto estamos del  agua? -.
-  A unos… 16 centímetros – te dice tu informador métrico decimal.
 - Joder, igual nos movemos ¿no?-.

Cuando de repente un surfer se baja de la tabla justo encima de tu toalla te das cuenta de que es el momento, no time, hay que recoger y cambiarse de sitio ya mismo. Y en eso estás, con tu pareo enroscado en el cuerpo, arrastrando el capazo enganchado al tobillo, las chancletas puestas al revés, subiendo por la playa a trompicones buscando tu nueva ubicación mientras oportunamente oyes que te suena el móvil, cuando ves que los de tu izquierda andan despistados y les pilla la típica ola cabronceta que viene con fuerza y parece que deja intuir una sonrisa entre la espuma. Porque el mar es naturaleza, y la naturaleza es sabia, y cuando quiere unas gafas de sol y un unas chancletas nuevas, se abalanza a la orilla pillando todo lo necesario. El mar se va de compras.

Cuando les pasa a los demás es las risas, gente corriendo intentando salvar sus pertenencias  y tú descojonándote porque ves que se les ha olvidado una chancleta y se la lleva el agua. Pero da igual, tú observas y no avisas, y no es maldad, al fin y al cabo, es sólo una chancleta, ya ha salvado el móvil que es a por lo que todo el mundo se lanza primero. Da igual que la marea se lleve a su esposa y sus dos hijos mar adentro, ya ha salvado el Iphone, no necesitas nada más.

Aunque es mejor no reírse muy alto porque los que nos movemos por la playa huyendo de la ola cabronceta lo solemos hacer por fases. Ahora subimos un poquito, y vuelve a llegar el agua, y ahora otro poquito, y vuelve a llegar el agua, y en una de estas te arriesgas a perder también las chancletas. Pero la vida es riesgo… Prefiero perder una chancleta a que me ardan los sobacos lejos del mar.

Y yo a eso estoy esperando, en 2 días me voy lejoooooos, y espero que me pille la marea y se lo lleve todo. Yo no me renuevo en Año Nuevo, yo me renuevo en vacaciones. Vivo los años por cursos, como en el cole, el año para mí era de Septiembre a Junio, pues ahora igual. Así que espero que cuando esté en la playa venga una ola y se lleve todo lo malo de estos meses pasados, todos los marrones existentes. Los económicos, los personales, los laborales, la puta crisis… Y volver con nueva vida, nuevas expectativas y un moreno de catálogo, ese color que aparece en el pantonario, un moreno homologado. Porque cuando estás morena todo se ve distinto.  Dicen que verlo todo negro es malo, pero yo, si en el espejo me veo toda negra, me vengo arriba. No hay nada que me guste más que tener los pies negros, no, no quiero ser una homeless (aunque hoy en día estamos todos al límite) no, me vuelve loca mirar hacia abajo y ver dos conguitos abrazados por las tiras de las chanclas. Bueno, me encanta eso y no tener marcas, así que en la playa la lio. Esto me lo quito, esto me lo meto por aquí, esto me lo aparto hacia allí, ay espera que viene no sé quién y se me ve el tal y me asoma el pascual…  Que no sé para qué me gasto pasta en bikinis, si luego en la playa parezco un Picasso, no sabes dónde va cada cosa. (Es que soy de ciencias, y el arte se me escapa por mucha obra de arte que sea, soy de cerebro cuadriculado, dos más dos son cuatro, eso lo entiendo, lo abstracto, se me va, “no válida”).

Hace un par de veranos grabé un video en una playa solitaria, sólo de mis pies descalzos alcanzados por una olita, el agua sube hasta mis tobillos y se va, y vuelve hasta mis tobillos y se vuelve a ir… Y cada vez que tengo momentos estresantes, de los malos, malos, malos, miro ese video y me da una paz...
Podría colgarlo en este post, al fin y al cabo os cuelgo muchos videos, pero noooooo, a ver si algún avispado me reconoce por mis pies en una cala sureña este verano, y la tenemos. Kaña-mon quiere mantener su anonimato, y hoy en día con el Iphone creo que hay aplicaciones que hasta te identifican por los pies. Una foto de un pie y te da DNI, edad, teléfono y número de asignaturas suspendidas en octavo.  Es la Grissom-app. De pago, por supuesto.

Yo me quería despedir de este post como siempre, con una pequeña referencia a mi vida ficticia, pero no he sido capaz. No se me ocurre ningún video que plasme la paz de las vacaciones, y eso sólo significa una cosa, necesito un descanso. De vida real y de vida ficticia.

Así que me piro, os veo en un mes, renovada, morena, contenta y con nuevas ideas para echarnos una risas reales con mis vivencias ficticias...

¡¡Feliz verano!! (Azul, por supuesto).

jueves, 19 de julio de 2012

Desequilibrios ¿O no?


Dice la canción; NO ESTAMOS LOCOS, QUE SABEMOS LO QUE QUEREMOS… ¿Ah sí? Pues serás tú, porque yo no tengo la menor idea de lo que quiero. No sé ni lo que quiero mañana, ni pasado, y no hablemos de un futuro lejano. Por lo menos sé lo que no quiero… creo.

Eso me hace pensar, entonces los que no sabemos lo que queremos ¿estamos locos?. Así que todo el mundo al psicólogo o al psiquiatra, o a contárselo a tu amiga si es que andas escasa de fondos. Y digo yo, si hoy en día lo normal es acudir a un especialista que te saque de tus indecisiones, no será que los desequilibrados son los demás, ¿los que no dudan? Pues no, tú acudes al especialista y él te confirma que el desequilibrado eres tú. Son 100 euros, gracias.

Dicen los profundos, que cada decisión tomada en tu vida, en cada minuto, condiciona los siguientes. Y claro, las que somos desequilibradas por naturaleza, oímos eso y nos acojonamos, más que nada porque yo las decisiones tiendo a cambiarlas en cuestión de minutos. Así me va la vida, que no sé si voy o vengo, eso sí, por el camino me entretengo… Me paso el día pensando, mi cabeza va a mil revoluciones por segundo. Me meto en la cama y mis pensamientos van como cuando ponías un vinilo en el tocadiscos, y con el dedo lo acelerabas en plan Eddie Murphy con su "dadadadadame el cuchilloooooooo". En mi cabeza oigo mis pensamientos como los pitufos maquineros, un estrés. Así que cuando alguien me hace la típica pregunta - ¿en qué piensas?-. Buff, macho, espero que tengas taquígrafo porque si no imposible. Como diría Lobato, SI PARPADEAS, TE LO VAS A PERDER.
Así que la única decisión que tomo siempre sin dudar, es la decisión  GELOCATIL. Soy de automedicación fácil, y de amiga farmacéutica.

Dijo Aristóteles; El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona. Así que desde que lo oí, decidí que soy una versión reducida de Punset, vamos, tengo que ser la más lista al este del oeste, porque no es que no tenga claro mi futuro, es que ya dudo hasta de mi pasado.

Dios hizo el mundo en 7 días, ti-ta, ti-ta, esto aquí, esto aquí, uno-dos, uno-dos ¡¡sin dudar!!. Y así es el mundo, una mierda. Si se hubiera encargado una persona reflexiva… - Esto aquí, ay no, aquí, no, espera, aquí un poco mas de agua, aquí un poco menos para equilibrar, el hombre pene, bueno no vagina, bueno no, pene, bueno mira, le hago reversible, y que pase lo que tenga que pasar -.
Pues no sé yo si con este mundo tampoco iríamos bien. Vuelvo a dudar. Así que no me voy a poner yo a criticar a Dios que por lo menos anduvo listo e hizo del cielo un paraíso. Pero claro, es que ahí es donde vive Él, y eso hace sospechar, así que - Si me estás oyendo ya puedes tener cuidadin…, que hoy en día investigan a todo el mundo, y lo mismo te quitan los chalets de ahí arriba, que eso no sé si es urbanizable -.
Aunque bueno, eso depende, aprendí en Gossip Girl, (si, de todo se aprende, o yo lo intento) que dependiendo de tu apellido puedes hacer lo que te de la gana y no hay consecuencias. Años después he visto en la vida real, que si, efectivamente si tu apellido es compuesto o de más de 16 letras, haces lo que te da la gana (presuntamente). Pero claro, llamándote sólo Dios, sin apellidos de renombre, pues no se cuanto te podría caer, tendrás que informarte.

Ojo, que no lo digo faltando ¿eh? Que yo a mi manera soy creyente, y lo digo preocupada, porque hacienda somos todos y a mi entender y con mi educación de colegio de monjas, Dios está en todos, así que… miedo tendría yo.

Ahora mismo, a mí hacienda me cae bien. Les he dado unos papelitos, los han analizado y después de una tensión de varios minutos mirando fijamente a una desconocida muy seria con gafas, por fin ha dicho las palabras mágicas: ¡¡¡A DEVOLVER!!! Te pones más contenta que cuando el de la ITV te da la pegatinita, es una sensación indescriptible.
Es como cuando en el colegio te daban las notas a final de curso, y habías aprobado todo, y llegabas a casa corriendo, y gritando a tu madre, FIRMAME AQUÍ, FIRMAME AQUÍ, FIRMAME AQUÍ, y le plantabas las notas en la cara.
Claro que cuando el resultado no era así, no corrías tanto, y había muchas posibilidades de que la que te plantara una cosita en la cara fuera tu madre, sus cinco deditos, esos que de pequeña te decían que tiene la loba, pues mira, ahora los tienes tú, en tu jeta.  

Por suerte yo nunca he vivido esa situación, en aquellos tiempos era bastante centradita y con aspiraciones de estudiar, trabajar y triunfar como mujer ejecutiva e independiente. Ahora ya trabajo, ya soy ejecutiva e independiente y… y ¿ahora qué? Pues 100 euros más.

Cuando te pasas el día con la cabeza ocupada, afecta hasta a tus acciones. Yo quiero meterme en Facebook, y pongo en el ordenador Fotocasa, y me tiro media hora viendo fotos de casas de 800.000 euros, hasta que pienso, - ¡A ver! Kaña-mon, céntrate ¡¡Que tú querías escribir en el muro de Facebook, no ver casas de las que no puedes pagar ni el muro!!! -.

Luego, cuando hablo con mi abuela, y me cuenta sus despistes, se desespera achacándolos a la edad… - Joeee abuela, ¡¡¡pues entonces yo soy una mujer de 90 en un cuerpo de veintitantos!!. Que no, que eso es el descentre, ¡¡¡eso es que somos sabias, no viejas!!!-. Además ella tiene el pelo blanco, se acerca más a Punset que yo. Hasta que un día le conté para darle argumentos de que no era la edad, que debido a mi estres mental me metí en la ducha con las bragas puestas. Me miró muy seria y me dijo – tú eres boba-. Y me quedé un poco cortada, joder, que yo por lo menos le argumento…

Pero todo esto no es tan malo ¿eh? Es como el bien y el mal, la riqueza y la pobreza, el ying y yang. Porque después de meses de estrés e indecisiones siempre llega tu momento perfecto, donde tienes encefalograma plano, nada importa y no hay futuro. No, no voy a entrar en GH, me voy de vacaciones.
Ahí te olvidas del ying y el yang y solo te preocupa el ging-tonic.

Dentro de unas 2 semanitas llegaré a mi destino, y una vez allí  dejare de oír mis pensamientos para oír voces en mi cabeza, las de mis acompañantes diciendo paridas a carcajada limpia.

Un mes haciendo el Hommer Simpson, bebiendo cerveza y oyendo música en mi cabeza, eso sí, os puedo asegurar que no voy a volver con la piel amarilla. Volveré negra tizón, como el coleguita del vídeo que aquí os dejo para que entendáis un poco mejor el inicio de este post y el tono de mis pensamientos. Qué narices, para que os echéis unas risas, y punto. 


jueves, 5 de julio de 2012

Diferencias reconciliables


¿Alguna vez os habéis puesto a llorar delante de vuestro jefe supremo?
No tengo ni idea de cuál es la proporción hombres - mujeres que leen este blog, pero puedo asegurar que el 99,9% de los hombres, han respondido NO, y el 99,9% de las mujeres han respondido SI. ¿Por qué lo sé? Pues no tengo ni la más remota idea, sólo me fijo en mi entorno, y compruebo día tras día, las pequeñas diferencias que hay entre hombres y mujeres. Vamos, nada grave, no voy a descubrir en este post la cuadratura del círculo.

Para mí, en los aspectos vitales de la vida, los hombres y las mujeres somos iguales, y no voy a entrar en los aspectos laborales, que en mi opinión, diga lo que diga la sociedad, NO DEBERÍA HABER DIFERENCIA ALGUNA, pero no voy a profundizar en el machismo y el feminismo, ¡¡que me enciendo!!.

Yo no me ofendo cuando un tío me dice en medio de uno de mis ataques de ira,– Tía, estás con la regla ¿o qué?-. Porque normalmente en mis ataques de ira, estoy con la regla. Eso sí, entonces no se puede ofender un tío cuando llegue a currar  una mañana de nones y yo le diga, - ¿Qué coño te pasa, gatillazo matinal?-.
¿Estas expresiones nos definen como dos personas sexistas? Pues no lo sé, que somos un par de groseros, eso está más que claro. Como diría la madre de una amiga mía, - Bonita, a mí que me devuelvan el dinero de tu colegio, porque no te han educado bien…-.

Hablaba yo el otro día con una amiga por teléfono, que había tenido un problema laboral, un cliente le había dejado en pelotas (emocionalmente hablando) delante de su jefe.
Yo le escuchaba atenta, asintiendo con la cabeza, y dándole todo el apoyo del mundo y de repente me dice, - ¡¡¡Y maja, no sabes lo que he hecho, joder, que he llorado delante de mi jefe!!!. Y él me miraba con los ojos muy abiertos, ¡¡como si nunca hubiera visto a nadie llorar!!-.

Y es que a los chicos, si una tía a la que no le une un lazo sentimental le llora, le repele. Porque cuando hay lazo sentimental, y en mitad de una bronca la tía llora, él ya se relaja, ya ha ganado, ya tiene el control, ya está, con un abrazo, y unos mimos, la situación está solucionada y el sexo casi asegurado.

Pero cuando no hay lazo sentimental el tío te mira quitarte las lágrimas con cara de… - Que se vaya de aquí, que se vaya de aquí… Qué coño le digo a esta tía, ¡¡pero qué le pasa!!! -. Y se agobia.
Desde aquí mando un mensaje a los hombres del mundo: No os agobiéis, a nosotras nos da igual que un tío que nos importa una mierda se asuste por nuestras lágrimas, lo que pasa es que la única manera de que se deshaga ese nudo en la boca del estomago es por vía lacrimal, y tiene que salir cuando tiene que salir, no hay manera de contenerlo, es algo físico. Es como cuando retornas al hogar de madrugada medio coja porque te haces muchiiisimo pis y llegas al ascensor, pues ahí ya, la suerte está echada, tu cuerpo te echa un pulso y te pone al límite. Creo que ahí somos iguales hombres y mujeres, el ascensor es el mayor diurético del mundo.

Yo he llorado delante de jefes, de médicos, de amigos… y sólo una vez la reacción del de enfrente fue diferente. La vez en la que el jefe, era jefa. Yo me puse a llorar tras la presión, y cuando conseguí verle la cara a través de mis lágrimas, comprobé que ella también lloraba. Me siguió pareciendo igual de hija de puta, pero no estuvo mal llorar acompañada por una vez. Salimos del despacho como nuevas.

Pero es que estas pequeñas diferencias se ven incluso en las cosas más absurdas del día a día ¿eh? Lo comprobé hace un par de días en la playa. Tú miras hacia el mar y ves lo de siempre, niños chapoteando, las olas explotando en la orilla, pero si te fijas con más detalle, percibes que hay un montón de mujeres dispersas por el mar, en pequeños grupitos, quietas, con los brazos en alto, y dando saltitos cada vez que el mar hace cualquier movimiento tipo olita. ¿Y donde están los tíos? ¡¡No se les ve!! Pero estar, están. Los tíos son “eso” que corre hacia la orilla, y para cuando te das cuenta ya son “eso” que vuelve del interior del mar entre mucha espuma y salen como nuevos, porque por lo visto, la diferencia de temperatura agua-cuerpo tampoco nos afecta a todos por igual… Las tías normalmente tenemos un límite para estar con las manos en alto y el agua por la cintura, y ese es justo el momento en el que una ola te revienta en la cara, y no te queda más remedio que una inmersión forzada y urgente, si no quieres acabar en la orilla, bocabajo, con el pelo en la cara rezando para que tu biquini no haya decidido quedarse en alta mar y te tengas que levantar humillada camino de nuevo al mar para quitarte la arena de los huecos de tu cuerpo, entre las lágrimas de risa de la gente que ha visto la jugadita. Esas lágrimas son comunes a ambos sexos...

Y luego en la toalla las cosas son también bastante dispares. El tío tiene su toalla, la cartera y el móvil. Y nosotras, la toalla, y el bolso más grande del mundo. El que pueda contener el biquini de recambio, un jerseicito para “por si acaso”, la crema para la cara, la del cuerpo, las gafas de sol, el cacao para los labios, el pañuelo para el pelo, el libro, el ipod, el móvil, un peine, el spray para el pelo (que no se si protege el pelo del sol, pero atrae a las moscas como un panal de rica miel…), las llaves de casa de tu madre por si pasas por allí, tiritas, tampones, colonia, kleenex, compeed calenturas, ibuprofeno, un abanico… Claro, cuando llega el momento de abandonar la playa, ellos siempre esperan tomando una caña, normal, nosotras nos quedamos haciendo inventario.

Pero lo que yo digo, estas diferencias son reconciliables, y si lo piensas hasta complementarias. A ver dónde leches meten los tíos el móvil y la cartera en la playa mientras se pegan un speed-chombo, ¡¡¡ pues en tu maxibolso!!!. Y cuando le lloras a tu jefe y llegas a casa hecha una mierda y con el ego por los suelos, ¿quién quiere partirle la cara al capullo del boss?. Pues él. Ya sea tu padre, o tu hermano, o tu amante, o tu novio... Ahí están ellos, dispuestos a partirse la cara por tí. Cuando acabe el partido.

Estas chorraditas en realidad son lo que dan la salsa al día a día. Y siendo yo como soy, tenía que verlas reflejadas en mi vida ficticia. Os dejo un vídeo como la vida misma. He visto esta serie un millón de veces, y esta escena, infinitas. Es medio minuto escaso que siempre, siempre, siempre, me hace sonreír.





martes, 19 de junio de 2012

Con nocturnidad y alevosía


Acabo de pasar exactamente 10 minutos gritando y lloriqueando frente a un moscardón que se ha colado en mi espacio, en mi habitáculo, en mi lugar de reflexión. Tiendo a panicar ante situaciones la mar de absurdas, como la lucha con un moscardón. No, no estoy hablando de los nocturnos con copa en mano oteando la zona, hablo de los redondos, gordos, y con mucho pelo. Vaya, sigue pareciendo que hablo de los nocturnos, pero no, hablo del pobre e inocente insecto. El nocturno es más fácil de esquivar, solo si quieres, claro. Pero son formas distintas, a los segundos no vale con darles con un trapo en la cara...

Es curioso cómo las noches de la city están plagadas de tíos y tíos y más tíos. La verdad es que entras en un bar, por lo menos en mi tierra, y la proporción es de 1 a 4. Una inofensiva chica cruzando el bar camino del baño, y 14 pavos mirándola de arriba a abajo viendo si cumple sus expectativas. Bueno, eso a las 3 de la mañana, porque a partir de las 5 parece que todas cumplen las expectativas. Solo falta que te agarren del moño y te lleven hacia la puerta al grito de ¡¡¡TENGO UNA, TENGO UNA!!!

Tengo un amigo que dice que la gente que sigue en la calle a partir de las 6 de la mañana es porque no ha podido “pillar” antes. Es italiano, alto, y con estilazo. Para las 4 siempre desaparece…

Yo no me puedo quejar, pero soy muy discretita, así que solo os voy a hablar de lo curioso que es fijarte en tu alrededor. Siempre se cumplen las mismas premisas.

En todos los grupos de chicos hay uno de ellos que sobresale sobre el resto, o tiene más estilo, o mejor sonrisa, o buen cuerpo, o simplemente pasa de todo apoyado en la pared y eso, sinceramente, es lo que más atrae. 

El hacerte el indiferente nunca falla, eso, y chicos, muy atentos, llevar una sudadera azul.
Claro que eso siempre va a depender del ambiente en el que os mováis. Yo soy de chiringuito y chancletas más que de discoteca y plataformas. Nada como un verano por bares playeros. Lo de los pendientes de aro, vestidos de licra de cebra y tacones  con un tatuaje de “I love Rafa Mora”, es algo que no me llama, pero dame un vestido de tirantes, unas chancletas, olor a salitre, cervezas y la de la amplia sonrisa al amanecer, soy yo. Esos chiringuitos en los que el camarero medio fumado te dice, - Perdona, ¿me habías dicho 4 cervezas? Te he puesto ocho…-.
- ¡¡Ah! ¡¡Da lo mismo!! Si nos las vamos a beber igual…-.

Por suerte en mi cuadrilla somos muchas, muy variopintas y la verdad es que muy poco sociables, pero hay una característica que no suele fallar cuando entramos en un bar, si hay un chico con sudadera azul, allí va la mirada de todas. Eso sí, cuando se da la vuelta y vemos su fisionomía, en cuestión de segundos ya sabemos a quién le pega.

Si, “a quién le pega”, y ahí viene la frase comodín, nos giramos todas mirando a una y … - ¡¡Te pega!!-. Y tu amiga te responde con media sonrisa (está conteniendo la otra media…), - ¡¡Venga ya!!! Que no… -. Y hasta aquí puedo leer.

Si nos gustan los que van de indiferentes es por algo… Es un coñazo cuando te viene el típico tío pesadito, en plan, - Holaaaaa, tu estudiaste en ... -. Y tú le respondes que no, porque no estudiaste ahí entre otras cosas, y te giras tranquilamente a seguir con tu conversación, y él se dirige a tu amiga. - ¿Qué pasa, que tu amiga tiene novio no? -.
Ahí, como para todo, hay varios tipos de amigas:
La pasota, que le sonríe y no le responde.
La borde, que le responde, - Qué va, es que no le gustas una mierda -.
La práctica, que le responde que sí, que tienes novio, y ahí se acaba el problema (con suerte).
La amable, que no tengo ni idea de lo que le diría, porque yo no tengo vena amable.
La borrachona que le dice, - Ella sí, pero yo no…-.
La vacilona…- ¿Qué dices? - .
- Que tu amiga tienen novio ¿no? -.
- ¿Cómo? ¡¡No te oigo!!-.
- ¡¡¡Que si tu amiga tiene novio!!!-.
- ¿Qué?-.
- ¡¡Tu amiga!!-.
- ¡¡Ah!! No gracias, no fumamos-.

Y luego está la creativa, que le dice, - ¿Sabes qué pasa? Es que es mi novia y nos estas molestando -.

Pues aunque no lo parezca, esta última, es la peor respuesta, ahí la hemos cagado. Aunque pueda parecer lo contrario, y creas que de un plumazo le has quitado todas las esperanzas puesto que NO NOS GUSTAN LOS HOMBRES, no, ahí es cuando no sé si fruto del alcohol, de las feromonas, o simplemente de nacimiento, el tío corre cual gacela a su grupeto, y todos se giran imaginándose una cama redonda.

Una vez fui de lista, y lo hice, y acabamos 3 amigas corriendo por la acera tras un taxi, mientras una me gritaba, - ¡¡Pero tía qué les has dicho!! ¡¡Que somos putas?? -  Y yo, - ¡¡Que no, que somos lesbianas!!! Y ella, - Pero ¿¿ lesbianas putas??? -.Y yo, - Que no, ¡¡que sólo lesbianas!!!-.
Un drama y muchas risas, el taxista no parpadeó hasta que nos bajamos del taxi.     

La vida del taxista tiene que ser dura. Muchos madrugones, horarios infinitos, caravanas, riesgo de accidentes, “sinpas” de pubertos borrachuzos, atracos…
Y lo peor, la cuadrilla después de una noche de risas retornando al hogar.
De esas noches que quieres pillar todos los semáforos en rojo porque los ataques de risa te impiden erguirte y andar como una persona normal hasta el portal.
A quién no le ha pasado que se le abra el paraguas plegable dentro del taxi arrancándole el peluquín al chófer, o que tu amiga le sintonice la radio y se quede con el botón en la mano,  o que otra fruto del alcohol y de la costumbre de conducir en horario laboral, abra la puerta del piloto y se le siente al taxista en el regazo… ¿A vosotr@s no? A mí tampoco…

Pero me apuesto el culo, y no lo pierdo (ni ganas), a que todos los taxistas del mundo pueden decir que le han pasado las siguientes cosas:
- Vomitonas por la ventanilla (o dentro del bolso) -.
- Lloros post-rupturas al grito de ¡¡¡¡ES UN CABROOOON!!!!
- Frenazo al oír un cuchicheo en el asiento de atrás, - ¿¿¡¡Alguna tenéis dinero??!! -.
- Y lo mítico, a las 6 de la mañana y sin rumbo fijo, - ¡¡Llévenos a un sitio con fiesta!!! -.

Pero volviendo a lo que estábamos, que me disperso, cuando un tío es insistente, puede estar 45 minutos dándote nombres de universidades, para ver si en la 21 le respondes, - ¡¡Ostras!! ¡¡Estudié ahí!! ¡¡Anda qué coincidencia!!! ¡¡A la cama!! ¡¡¡Ya!!!! -.

Lo normal con ese tipo de chapas es que le acabes diciendo que no tienes el graduado, que nunca has estudiado, que no sabes leer ni escribir, y que no hemos podido estudiar en el mismo sitio por razones obvias... Pero cuando son de los cansinos de verdad, se ofrece para enseñarte a leer… braille con sus lunares. Y ese es el momento de cambiar de bar. Pero esa idea no le gusta nada a tu amiga, la de el de la sudadera azul, y te mira con cara de “ como os vayais ahora del bar os rajo la cara con mis propias uñas y luego os coso los ojos con vuestras venas” , asi que por quitarte de encima al plasta con lunares, te acercas al chico del fondo apoyado en la pared.

- Hola, tu estudiaste en… -.
Y es curioso, ellos siempre han estudiado en el primer sitio que se te ocurre… ;)

miércoles, 16 de mayo de 2012

Incomprendiendo


No soy una persona sociable. He de reconocerlo. La gente que me conoce quizá discrepe porque soy habladora, digo chorradas cada exactamente 7 minutos, no soporto los silencios incómodos, bebo cañas como agua… Pero a quién quiero engañar, soy lo más desagradable que ha parido madre.

Si habéis leído mis anteriores post, ya os lo imaginaríais. Odio la Navidad, las comidas de empresa, voy sola al gimnasio, me gusta ver sola la tele… Mis amigas (porque tengo ¿eh? Y más de 1, y de 2, y de 13!!!) me definen como “una puta lija”, veo series de madrugada, y si las veo de día bajo persianas y el mundo no existe para mi…

Es que yo soy como eso que le pasa a la piel con el sol, que tiene memoria y va acumulando. Pues a mí me pasa lo mismo con la gente. Yo puedo estar con gente horas y horas y horas, y de repente… me da la catarsis y necesito soledad. Lo que pasa es que tengo el click de la paciencia un poco descompensado. En situaciones en las que tendría que plantarme y dar patada en el suelo, aguanto como una jabata, pero con las chorradas… soy un cruce entre Jack Nicholson en “El Resplandor” y Víctor Sandoval en “El divorcio”.

He empezado una serie nueva. Por supuesto no os voy a decir cuál hasta que la acabe, pero si el clima en mi tierra sigue así, será muy pronto.
En los primeros segundos de la serie ya estaba dando palmas y enamorándome de cada uno de los personajes, y de repente… toda mi ilusión al suelo. ¿Y todo por qué? Por verla con gente…

Llevamos 6 minutos de serie. Sucede un acontecimiento que es el que da todo el argumento a la trama, todo el sentido a la serie, y tú en el sofá sin parpadear oyes…

- No entiendo nada, ¿qué le ha pasado a este tío? -.

PAUSE – GIRO LENTO DE CABEZA – LA SERIE VA A PASAR DE INTRIGA A TERROR

- ¿Cómo?¡¡Me estas vacilando? ¡¡Y yo que sé!! De eso se trata. Son 6 temporadas, con 21 capítulos por temporada. ¡¡18 guionistas, 4 directores Y 500 actores durante un montón de años currando para dar explicación a lo que ha sucedido a los 6 minutos de comenzar la serie, y ahora vas a querer entenderlo tú al instante!! Lo más probable es que no lo entiendas ni cuando acaben las 6 temporadas… ¡¡eso es lo bueno!! Sufrirás durante meses, y cuando acabe… seguirás sufriendo, y a por otra -.

Porque las series de  hoy en día son así… Ya no es como antes, no es como el Equipo A en el que todos los planes salían bien, o MacGyver que tenía todos los utensilios a mano, o Luz de Luna, en la que tu mayor angustia era que David Addison y Maddie Hayes se besaran de una puñetera vez. Ahora las series empiezan complicadas, se complican un poco más, luego otro poco, y cuando quedan 3 capítulos, y parece que la cosa se va aclarar, se complica un poco más. Y acaba la serie y la comentas con el mundo, y claro, tú dices que la has entendido, porque eres friki, y punto. Pero en el fondo quieres saber, y entonces viene el limbo de todos los finales de las series… ¡¡¡LOS FOROS!!!

Acabas una serie, no te quedas convencida con el final, vamos que te has quedado como empezaste, y quieres llamar a aquella persona y decirle, - Oye, que al final yo tampoco sé lo que le pasó a ese tío eh? -, pero no te coge el teléfono porque desde que le gritaste aquel día te ha retirado el saludo. Así que mientras te suenas los mocos y te secas las lágrimas porque no te gustan las despedidas ni dejar patente que eres cortita, pones en google: “final de (serie en cuestión)”. Y se abren un total de 3.456.752 páginas. Hay blogs, foros, web site oficiales, páginas de clubs de fans, páginas fuera de servicio, restaurantes chinos… Y en un vistazo rápido ves una que parece que va a tener la solución, y te enganchas, y todo el mundo comenta su parecer, y empiezan los debates. La discusión comienza con un debate sobre las interpretaciones del final de la serie, pero acaba con un GILIPOLLAS, ERES TONTO DEL CULO, SI NO TE GUSTA MI OPINION NO ME LEAS, PERO A MI ME SUDA LA P… QUE %&$&%%%%!!!!!!!!.
Y 15 segundos después, le capan el comentario. Si, un señor llamado ADMINISTRADOR, que tiene un montón de curro porque trabaja en todos los foros del mundo, elimina los comentarios que considera malsonantes, obscenos, insultantes...

¿Que por qué lo sé? ¿No os estoy diciendo que soy como la lija? A mí me han capado. No, no me  han cortado el pene, me han eliminado un comentario en un foro defendiendo a Fernando Alonso. No, no es el personaje de ninguna serie mejicana, es un piloto asturiano de Fórmula 1 al que todo el mundo conoce y a nadie deja indiferente. O le odias o le amas. Yo efectivamente soy de las segundas, pero no lo puedo decir abiertamente porque en mi entorno no lo llevan bien. Así que he aprendido a celebrar hacia el interior. Eso debe ser la celebración tántrica.

Con los anuncios pasa lo mismo que con las series. Se están empezando a crear foros para entender lo que anuncian algunos espacios publicitarios. Para anunciarte una botella de agua, te sale un Delfín metido en un vaso. Y tú piensas que es un anuncio de Greenpeace: NO A LA PESCA FURTIVA. Pero no, resulta que es el “Agua más natural del mundo”… ¿Ein? ¿Qué es, agua salada? ¿Tiene grumos? Yo entiendo que los creativos de los anuncios tienen que ser eso, creativos, pero a ver, ¡¡que se entienda!!!
Dónde quedó aquel anuncio con Peret tocando una rumbita, ¡¡TOMA VILADRAU VILADRAU, QUE TOMA VILADRAU!! Y de fondo todo el mundo bebiendo agua en botellín. Pues ya lo entiendo, que tome agua Viladrau a morro, está claro.

Es que antes todo te lo explicaban tan claro… Vamos a retroceder en el tiempo: “¡¡¡CHIIIIIIMOS ES, ES UN AGUJERO, RODEADO DE BUEN CARAMELO!!!” Y eso acompañado de imágenes de caramelos Chimos rodando. ¿Ves? Así sí. Te lo dejan claro. Alguna vez habéis oído a alguien preguntar ¿QUÉ ES UN CHIMOS? Pues no, ¡¡porque no había dudas, es un agujero rodeado de caramelo!! Lo que nunca se supo es por qué si el Chimos más demandado era el morado, sólo había uno por paquete, en el centro. Que lo abrieses por un lado o por el otro, siempre te salía uno blanco, jooooooo, y lo chupabas a toda mecha porque tu afán era llegar al que realmente querías, ¡¡¡el morado!!!!. (Me tuve que meter en un foro para investigar su desaparición, pero no hay información, por lo visto es secreto de estado, junto a la escasez de Sugus azules…)

Como los donuts, DOOOONUTS, DE DOS EN DOS, DOOOONUTS, DE DOS EN DOS, DOOOONUTS… ¡¡ANDA LOS DONUTS!! Y todo el rato imágenes de los donuts, en su paquete de dos. Pues así si entiendes las cosas. Es un agujero rodeado de bollo y lo venden en paquetes de dos, ¿para qué? Para que te los comas a pares y tu culo se convierta en un agujero rodeado de celulitis...
Pero ahora en cambio, se empiezan a juntar señores de 75 años en una retro-furgo súper chula, y te dicen, POR FIN, VAMOS A HACERLOS COMO ANTES… ¿Y eso qué significa? ¡¡Seréis cabrones!! ¿Los habíais cambiado? ¿Ya no son naturales? ¿Y con qué se mantienen? ¿Con laca?. Pues me paso a los DUPIS. Hace muchiiisimos años lo intenté, pero no, no era lo mismo. Era un agujero, si, rodeado de bollo, si, pero esa capita de azúcar… Nada como un sábado a la mañana en el coche de tu madre con tus DONUTS peleándote con tu hermana y soltando “costras” de azúcar por toda la tapicería. Broncas monumentales y manchurrones que pasaron a la posteridad.

Me estoy danto cuenta de una cosa, hemos crecido con un montón de agujeros rodeados de cosas comestibles ¿no?
Pero no os preocupéis, como en las series y en los anuncios en esto también hemos evolucionado. Ahora tenemos el agujero más grande, el de los bancos, rodeado de mucho chorizo…

miércoles, 2 de mayo de 2012

Volando voy, llorando vengo


¿Os acordáis de esa maravillosa canción llamada “Voyage, voyage”? (Vamos, el “vuayas, vuayas” de toda la vida…). Yo cuando la tarareo siempre tengo en la mente barracas como el balancé, los autos de choque con su barraquero subido de pie en uno de los coches con un trujas colgando del labio, el tío vendiendo coco húmedo en el carrito… Vamos que en general me recuerda a las barracas más antiguas y rústicas del pueblo de toda la vida.
Pues en estos días me he acordado mucho de esa canción. Y no he estado en las fiestas de mi pueblo, no, he volado con Easyjet. ¡¡Joder!! Qué aventura. Y no de las que te dan lecciones de vida, no, aventuras de las de VAYA MIERDA DE AVENTURA. ¿Cómo esa compañía se puede llamar “vuelofacil”?. Es más fácil volar agitando los brazos. Podría juntar los títulos de varios de mis anteriores post para hacer un resumen de mi vuelo: MALAS COMPAÑIAS, A LA MIERDA!!!, DE PELOTAS…

Todo empezó cuando en el trabajo me mandaron a la Gran Ciudad. Dos días plagados de reuniones condensadas una tras otra para aprovechar el tiempo y pagarme menos noches de hotel… Total, que estando así las cosas, no me mandaron en un vuelo Iberia business, ni siquiera en Iberia, ni siquiera en Ibe, no. ¡¡Me mandaron en Easyjet!!
Yo no sé si era porque el personal de tierra es más amable a las 6 de la mañana, pero a la ida no tuve problemas, el problema llegó a la vuelta, claro, cuando quieres volver a casa toda se complica, para ir a currar nunca tienes problemas…
Después de dos días recibiendo información de todo tipo, y con la cabeza saturada de curro, por fin llegué a la cola de embarque. Para los "no viajeros", o los pijos, o simplemente los que curran en empresas generosas, aclararos que en Easyjet no eliges asiento al hacer la reserva. Tu montas en el avión y te sientas como puedas, donde quieras. Vale, yo no tengo problema, he estudiado 5 años de carrera, con sus correspondientes 2 épocas anuales de exámenes. Era una experta en correr a coger sitio en la biblio en cuanto se abrían las puertas a las 7:00 am. Pues este era el momento, por fin descubro algo para lo que me ha servido la carrera.

El caso es que llegué de las primeras a la cola de embarque. Yo iba con mi trolley, mi portátil en un neoprenito y mi bolso, y los 3 que tenía delante me miraban sospechosamente… Empecé a mirar la cola de al lado. Estaban embarcando y todos iban pasando de uno en uno en silencio absoluto, encajando su maleta en un cubículo metálico muy ruidoso.
El sistema era fácil, sólo puedes llevar un bulto, si el bulto cabe en el cubículo asqueroso, pasas, si no, te quedas en tierra o pagas 50 euros por dejarte llevar tus bragas y tu pijama contigo a casa. ¿Lo pillas? ¡¡¡Low, super low, mega low low low cost!!!!
Pues la cola avanzaba rápido, pero en una esquinita rezagada había una chica muy roja, con una maleta muy amarilla abierta de pleno, intentando averiguar en qué momento entre su casa y el aeropuerto la maleta había engordado. La abría, la organizaba, la cerraba, iba al cubículo asqueroso, empezaba a hacer fuerza y….

– Señorita, no puede hacer fuerza, la maleta debe entrar sin empujar, retírese de la cola, o pague los 50 euros - .
Esto se lo decía un tío de 158 cms, con flequillo-chuleta en la frente, sin mirarle a los ojos, y con pinta de que el que necesitaba empujar era él.

Mi cola de embarque estaba ya a tope, y yo empezaba a estar nerviosa. Mi maleta era pequeña, pero necesitaba meter el portátil y el bolso… no iba a ser tarea fácil… me convertí en la chica roja de la maleta amarilla, pero como todo el mundo seguía  mirándole a ella, yo todavía estaba tranquila. La señora de delante de mí se centró en mi problema, y mientras yo me sentaba en mi trolley, ella cerraba la cremallera. Y lo conseguí, el portátil entró en mi maletita, incluso el bolso,  pero a cambio se quedó fuera el paraguas plegable, un tocho de folios con la presentación de las reuniones del día, un abriguito y un mini bolso… ¡¡Joder!! Miré fijamente a la señora, metí el paraguas y el mini bolso dentro del abriguito, y me lo enrosque debajo del sobaco. Con la otra mano, agarré el trolley, puse cara de “yo pasaba por aquí”, la miré y me guiñó un ojo con complicidad. ¡¡Ya está!!!
Justo en ese momento, la chica roja de la maleta amarilla daba su maleta y 50 euros al chico “pelo-toba”, que impasible, cerraba la otra puerta de embarque y se dirigía con su mierda de cubículo a nuestra puerta…. Ayyyy, tenía que comprobarlo antes de que el “pelo-toba” me chillara. Me acerqué al cubículo… ¡¡¡y la maleta entró!!! Pero luego no salía… ¡¡Joder!! La señora se convirtió en mi prima hermana, y mientras ella sujetaba la mierda de cubículo yo saqué la maleta y me volví a mi sitio peinándome el flequillo digna y orando para que el “pelo-toba” no hubiera visto todas las cosas que se me escurrieron por debajo del abrigo.
Y se abrió la puerta de embarque… ¡¡Qué nervios!!! Y una tía hablando para su camisa dijo deslizando las palabras…

- A ver, por problemas de espacio necesitamos voluntarios que nos dejen aquí su maleta para que viaje en bodegas… - .

¡¡Joder!! Esta es la mía, es la única manera de garantizarme llegar a mi destino con todo. Salgo de la fila como un sputnik, al igual que otros 25. Parecia un sketch de los Morancos, todo el mundo llevaba algo colgando del abrigo, la maleta medio abierta, los calcetines en los bolsillos… un show. Total, que le voy a dar mi maleta y pienso… ¡¡EL PORTATIL!!! ¡¡Es de la empresa!! Tengo que sacarlo, pero se me van a adelantar estos 25, ¡¡una mierda!! Una va al gimnasio, pero sabe hacer que su culo ocupe todo el plano, agachada impido el paso al mundo. ¡¡Giro de culo a la derecha, derecha, derecha!! ¡¡A la izquierda izquierda izquierda!! ¡¡Otra vez te vienen por la derecha!!! Agachada en la maleta conseguí frenar a toda la peña, rezando mientras tiraba de la esquina de la funda del portátil para que del impulso no me saliera un tanga disparado 7 metros, y teniendo muy claro que si eso sucedía no pensaba ir a recogerlo. Y no salió, y conseguí ser la primera en dar mi maleta al agradable “pelo-prepucio”. (Si, según pasan los minutos le cojo más manía, qué pasa)

Bufff, lo he conseguido… Entro por el pasillo hasta el avión, con el taco de folios, un paraguas, un mini bolso, un abrigo, el portátil en su funda de neopreno con la esquina tan cedida que parece la funda de la almohada… La azafata que me da la bienvenida me dice sarcástica. - ¡¡Qué de cosas!!!-. Entonces me mira a la cara con el pelo afro, sudando como un pollo y de una mala ostia… así que se limita a decirme.
 - ¡¡Buen viaje!!-, y me sonríe con la cara torcida.

Paso de ella, y me siento en el primer asiento libre en el pasillo que veo. Y ahí sentada me pongo a pensar en mi pobre maleta. Una Mandarina Duck marrón chocolate, ideal. La estarán lanzando por algún agujero chungo… No me considero nada pija, las marcas me la sudan, la maleta fue un regalo que me hicieron mis jefes cuando me marché de la anterior empresa, y me daba igual que fuera Mandarina Duck que Melocotón Pig, pero joder, una sabe apreciar lo bueno, y ya que la tengo, tan mona, tan cuidada, con sus perfectos donetes recién salidos del horno haciendo el papel de ruedecillas, paso de que se me derritan contra el motor y se conviertan en dos buñuelos de viento fritos en aceite de girasol reutilizado en una churrería ambulante de fiestas de pueblo de interior con pocos habitantes y música de Azúcar  Mor...

Me saca de mis pensamientos una señora discutiendo con la azafata para que le subiera la maleta al maletero.
Yo no sé cómo coño lo hice, pero 15 segundos después era yo la que subía la maleta de la señora mientras se me caían los pantalones, se me recogía la camisa y enseñaba el tanga a todo el que quisiera ver. Estaba claro que yo tenia que enseñar el tanga de alguna manera. Mientras la señora me daba las gracias y la azafata me escupía en la cara, (vete a tu a saber porqué), oí un “guasap” en mi móvil.

- Mañana 1ra hora reunión con “%$&&%”. Iamame q&do iegues – era mi jefe, desde el sofá de su casa.
Le respondo – rcien embarcada, esto s una mierda, la prox vez voy en business o no voy!!!-. 
Y me respondió de inmediato – sisisisisisisis-.

Me desplomé de nuevo en mi asiento, y parecía que ya estábamos todos. Ahí fue cuando la azafata se presentó y comentó -  La jefa de cabina y los compañeros estamos aquí para hacerles más agradable el vuelo, y sobre todo por su seguridad, así que por favor estén atentos a estos consejos -. 
Voy a obviar la parte de “hacernos más agradable el vuelo”. Igual eso es textual, y cuando despeguemos me descalza y me hace un masaje en los pies, pero hasta ahora lo único de lo que tengo ganas es de masajearle la cara con piedra pómez.
Y mientras veía a la tía soplar por el tubo rojo de un chaleco amarillo pollo, me imaginé un accidente…
- A ver por favor, metan todos sus vísceras en este cubículo, las que no quepan se quedan aquí, o 50 euros por órgano. No, señor, el páncreas no cabe, así que elija, o lo deja aquí o 50 euros...¡¡¡Buenos días y gracias por volar con nosotros!!! -.

Por suerte despegamos y llegamos a destino. Y me dormí, y por un momento pensé que la azafata me estaba haciendo un masaje en los pies, pero no, simplemente me pasaron por encima el carrito de las colonias. Hacia adelante… Y hacia atrás…

Mañana me vuelvo a ir, con Easyjet. Pero lo tengo todo controlado. He hecho un tetris con mis tangas, en lugar de calcetines llevo piquis, he hecho reducciones de los informes de la reunión (bendita carrera, otra vez) y ¿para qué llevar paraguas con lo poco que ocupa un gorro de ducha? Y tampoco me queda tan mal…

Total, que solo me queda organizar la logística, el taxi al aeropuerto:
- Si, por favor,  quería pedir un taxi para mañana a las 6:15 am-.
- Cómo no señorita, ¿para el aeropuerto? -.
- Si por favor -.
- ¿Necesita algo especial? ¿Silla de niños? ¿Pagar con tarjeta? -.
- No -.
- ¿Viaja con mucho equipaje? ¿Maletero grande? -.
- No, no, para nada. ¡¡Si vuelo con Easyjet!! -.
- Muy bien señorita, mañana a las 6:15 le recogerá una vespino -.
  
Nota de la Frikibloguera: Al igual que aclaré en el post de las Cenas Navideñas, este post es fruto de mi imaginación, nada de lo descrito ha sucedido. Mi empresa no ahorra en hoteles, y siempre viajo en las mejores condiciones y horas posibles. Por otro lado el personal de Easyjet es muy comprensivo y jamás te harían pagar 50 euros por llevarte tu páncreas contigo a casa…