domingo, 6 de noviembre de 2011

Rh positivo

En estos días ha sido Halloween. Y no sé por qué, desde hace unos años va cobrando fuerza ese término frente al “Dia de Todos los Santos” de toda la vida. Al final los americanos nos contagian todo. Sus hamburguesas, su música, su cine… y ahora sus fiestas. Bueno, no me voy a poner a criticar yo ahora eso, cuando soy la fan number one de sus realities, sus series, sus series, sus series…
El caso es que Halloween, es una noche para el miedo. Y para miedosa yo, que no podía ver El Internado con la luz apagada. Si, esa serie para adolescentes de Luis Merlo, pues yo me acojonaba un montón. Es que no puedo con las imágenes de niñas con camisones blancos hasta los pies en pasillos solitarios, y sobre todo cuando avanzan diciendo con su dulce voz “tengo miedo, tengo miedo”. Coño niña, pues vete a la cama y mete la cabeza debajo de la manta como hacemos todos. ¡¡Quién te manda salir del cuarto!! ¿Oyes un ruido? Te tapas con la manta, y se acabó. Lo de enfrentarnos a nuestros miedos es un truco de los psicólogos para que cuando lo hagamos, nos cree un trauma y tengamos que seguir yendo a su consulta de por vida. Aquí lo que hay que hacer es evitarlo, ¿Miedo a los perros? Cruzas de acera. ¿Miedo a los insectos? No vayas al campo. ¿Miedo a los muertos? No te mueras.
El caso es que yo el miedo lo puedo soportar, a duras penas , a costa de maldormir, gastar mucho en luz, e ir cantando a voz en grito cada vez que tengo que hacer pis de madrugada. ¿Vosotros no hacéis eso? Te haces mucho pis, pero no te atreves a levantarte de la cama porque te giñas viva (qué ironía), así que te auto-convences y dices, - ¡¡Venga, cantando!!-, y te levantas y vas a voz en grito ¡¡LA CUCARACHA!!,¡¡LA CUCARACHA!! ¡¡YA NO PUEDE CAMINAR!!,¡¡PORQUE NO TIENE…!! ¡¡PORQUE LE FALTA…!! Y vuelves a la cama y te tiras en plancha como alma que lleva el diablo.
Hombre para creer en esto hay que ser un poco irracional, porque, a qué tienes miedo ¿a los vivos o a los muertos? Porque si hay un asesino detrás de la puerta, qué pasa, que si te oye a voz en grito, hace… - Uff, mierda, mi cuchillo jamonero pierde el filo ante LA CUCARACHA, me voy de aquí antes de que me vean -.
Pero, es que si tu miedo es al espíritu de la niña muerta 200 años antes debajo de tu edificio, no creo que sea mejor… – ¿qué oigo? ¿La cucaracha?? Ah, no, pues aquí no me manifiesto, los insectos me dan mal rollo desde que me podrí en la tumba, me reabsorbo sigilosamente - .
También te puede pasar que el que te oiga sea un vivo de los buenos, como un vecino, porque yo sinceramente en los garajes también hago esto, y es un poco ridículo. La que asustas eres tú, que es un poco fuerte llegar a de currar agotado a las 9 de la noche, y que salga una pava entre dos coches, ¡¡LA CUCARACHA, LA CUCARACHA!!! Pues para qué engañarse, eso tiene que asustar.
El caso es que como veis el miedo lo puedo soportar, pero con lo que no puedo es con el asco… Reconozco que al ser adicta a series, me gusta mucho la acción, y me encanta lo de malo-y-bueno-se-pegan, parece que gana el malo y de repente el bueno se revoluciona y le pega una paliza que le deja el labio unido al ojo. Siempre sin matarlo claro, porque es bueno… Pero ¿y cuando es al revés? ¿Por qué los malos son tan denterositos? Claro, es que no pueden matar al bueno así de un plumazo, porque tienen que dejarle sentado un rato, y mirar para otro lado para que le puedan salvar sus amigos. Pero y mientras ¿qué hacen con él? Pues torturitas varias…
Yo hasta hace poco, estaba acostumbrada a mucha amenaza, pero luego nada de nada. Como mucho la brecha de la ceja, la típica, que ya estás acostumbrada y ni te da dentera ni nada. Pero es que de repente he visto una serie, en la que amenazaban, y 2 segundos después pasaban a la acción, y yo no estaba preparada, no me lo esperaba… Total que yo no sé si el protagonista aguantaba el dolor o no, porque con mis gritos y saltos histéricos, pues no oía al prota. Eso me ha servido para comprobar que a mis vecinos se la pela que me despellejen, por más que grito y salto, allí no se preocupa nadie.  
Pero bueno, volviendo a las torturillas, qué es eso de – ¡O hablas o te corto un dedo! -, y clack, ¡¡se lo corta!! A ver, estaba colocándome bien la manta, y ahora estoy al borde del colapso y me he tragado el chicle. ¡¡Guarro!! Esto no se hace, y menos sin avisar.
Hace varios años, cuando una peli era violenta, o demasiado sexual, o para adultos, pues te avisaban. Ponían 2 rombos, y era el momento en el que en casa te decían – A la cama -. Pues yo sólo pido que me avisen también cuando una serie de culto es muy sangrienta, ¡que me pongan 2 morcillas en la esquina superior derecha! Que yo no voy a dejar de verla ¿eh? Pero con un cojín en la cara. Que a mí con imaginármelo me vale, no me hace falta verlo.
-¡¡O hablas o te corto las uñas de los pies con esta podadora!!-
En ese momento aparecen las dos morcillas, y yo, me tapo los ojos, y para cuando me destapo el tío esta vendado y ni cojea… Y ya me espero a la pelea típica de – yo te doy una patada voladora, tú me devuelves un puñetazo abre pómulo - que esas son las que me molan. Y siempre uno contra uno, que cuando son muchos sujetando y uno dando, también me angustio un poco…
Todavía me acuerdo de la serie de Mike Hammer. Ayyy, lo que sufría yo con las leches que le daban a ese hombre. Hasta tal punto, que desde entonces me dan pena los señores con bigote. Parece una tontería, pero es grave ¿eh? ¡Que Pinochet me daba pena cuando le juzgaron! , no podía ver el juicio a Pinochet. Eso sí, aféitale el bigote y déjamelo un par de horas. Le hago un bigote de chinchetas.
Pero que no solo pasa en la ficción ¿eh? Que en la realidad es peor. Viene una amiga, con el dedo vendado, y claro, preguntas, - ¡Anda! ¡Qué te ha pasado! -.
-Se me rompió un vaso fregando, y acabé en urgencias – te contesta.
Ahí, tú ya sabes perfectamente lo que ha pasado, se ha roto un vaso y se ha cortado, punto, no quiero más información, solo quiero que su dedo evolucione favorablemente pero que no me lo cuente. Pero siempre hay alguien…
-¿Pero cómo exactamente? ¿Y te han dado puntos? ¿Cuántos? ¿Cómo era el tajo? ¿Profundo? ¿Veías el horizonte a través de él? ¿Y mucho daño? ¿Aguja gorda o fina? ¿Con hilo fino o lana de tricotar? ¿Te han dado la antitetánica? ¿Y has llorado? ¿Te has mareado? ¿Y al caerte te has hecho una brecha? ¿Y cómo era? ¿Te han dado puntos?
¡¡A ver!! Luego es la típica persona que te tiras un pedo y te llama guarra. – ¿Guarra yo? ¡¡Guarra tú!! ¡Y cotilla! Que te recreas con las interioridades de las personas -. A esa gente me da igual que tenga bigote o no, le daría una patada voladora, si llegara claro, y si el pantalón no fuera tan estrecho, y si mis tacones no fueran tan altos, y si me garantizaran que no le iba a hacer sangrar…  ¡¡Pero por falta de ganas no es!!
En lugar de eso, como no soy violenta, intento sentarme y decir continuamente,- Jooo, parar…, joo venga, no contéis más, jooo… que luego sueño… que me mareooo…-. Y me tapo y destapo los oídos muy rápido para no oír nada, y se convierte en algo como. .. – … y fuimos corriendo… de sangre… taxi… sala espera y enton… puntos…camill… tendón… 8días … 4 cañas… una de rabas… -.
Y ahí me empiezo a dar cuenta de que han acabado la historia, y están pidiendo una ronda sin contar conmigo. Así que indignada y sola me voy al baño… ¡¡LA CUCARACHA!! ¡¡LA CUCARACHA!!!

3 comentarios:

  1. Eres la maaas rapida uniendo ideas! cada dia me flipas mas!!!
    y esta vez yo la más rapida comentando tu blog! que iluuss!
    besos
    ma

    ResponderEliminar
  2. Por mucho asco que te dé, dudo mucho que te vayas al baño sabiendo que están sacano unas cañitas, jajajaja!! Enorme,loca!! Muaaaaa!!

    ResponderEliminar
  3. Kaña-mon, estoy contigo (no puedo no estarlo, tu entrada es increíble :), deberían avisar, porque da mucho asco. Y lo de la gente que va contando sus heridas con todos los detalles más escabrosos es horrible: mi antigua compañera de trabajo se pasó más de tres meses recreando su parto y..., uf, aún me acuerdo y me mareo. Muchos besos!!!

    ResponderEliminar