Qué
cosa esta de cogerse un día libre, así, tontamente y sin venir a cuento. ¡¡Es
toda una experiencia!!!
Miento,
en realidad, mi decisión de cogerme un día libre estaba condicionada a un plan
digamos… acuático. Pero se me cayó el plan en el último minuto. Bueno digamos
que se me empezó a caer en el minuto 20… y aunque yo seguía obcecada en que no podía ser, al final tuve que aceptarlo en el minuto 90.
Mi
idea para el día libre era ver un barco en mi tierra, atravesando mi ciudad, con un montón de jóvenes
deportistas con camisetas de alegres colores en la cubierta, y la ciudad
jaleando cerveza en mano con vítores y cánticos. Pero cuando me di cuenta de que
no iba a poder ser… decidí no cancelar mi día libre. No voy a dar más detalles
del tema, puesto que como sabéis, soy muy discreta con mi lugar de origen. (Quien
todavía no haya dado cuenta de mi lugar
de origen, pues nada más que decir pues.)
El
caso es que viendo que no me iba a dar a la cerveza y las palmas, opté por
dedicarme a mis cosas pendientes.
¡¡Y
cuántas pequeñas cosas pendientes se dejan de
hacer en el día a día por las prisas y el estrés!!
Copias
de unas llaves. ¡¡Si se tarda 3 minutos!!! Claro, un lunes a las 10, porque inténtalo
un sábado. Delante de ti hay 6 personas comprando barras de ducha de medida
impar, sartenes con forma de Minnie Mouse para la tortillita del niño, taladro
que incluya broca del número PI, termo de silicio libre de alergias y
cantimplora en la que salgan Bob Esponja y Pocoyo juntos, y abrazados… y
en rojo, y ¿qué precio tiene?. Y te desesperas, y te vas de aperitivo. Un sábado
más sin llaves nuevas. Pero la cerveza y aceitunas te dan la energía necesaria
para soportarlo una semana más.
Estaría
bien vivir sin trabajar. Todo el tiempo del mundo para ti. Simplemente haciendo
en cada momento lo que te de la gana. Tú y tus decisiones. No haces las cosas
porque nadie te las pida, ni tengas que entregarlas a tal hora, ni te pagan por
ello… Tú decides lo que haces, y sobre todo, lo que no haces.
Y en
eso estaba yo, cuando decidí alegremente llevar el coche al taller por un
ruidito.
Ahora
mismo mi coche está camino del desguace... Cricri, Cricri... Si, esta fue una decisión
de las que te dejan cara de “en qué momento…” pero oye, decisión tomada. Next, please.
De
momento decidí seguir callejeando a pata, (esa fue una decisión impuesta), y me
di cuenta al pararme a rascarme un pie, de dos cosas. Rascarte cuando te pica
es uno de los mayores placeres de la vida, y la ciudad un lunes a las 11 de la
mañana está petada. Las tiendas, las cafeterías, las terrazas… y a mí eso me
mosquea. ¿La gente vive ociosa?
A
veces creo que mi vida es una especia de SHOW DE TRUMAN, ¿sabéis?. Todo a mí
alrededor está preparado para que mi vida sea la que es. Y todo es un decorado.
Como soy miope no me entero de la cara de la gente, así que… ¿Y si siempre son
las mismas personas? ¿Y si me han mandado a trabajar a otra ciudad para
redecorar y sustituir a los jubilados discretamente? ¿Igual por eso se te acercan a las 6 de la mañana con el "yo a ti te conozco"? ¿Me habrán visto en la tele? (Si es así, Mahou tiene que pagar una pasta en publicidad). Pero luego pienso que no, ¡¡que nadie puede ser
tan hijo de puta para haberme organizado la vida que llevo!! Un día más de estrés
a la semana y fibrilo.
Por
suerte en unas 7 semanas me voy de vacaciones. Estoy en duda de si marcharme de
viaje o quedarme aquí, callejeando, haciendo copias de llaves y rascándome a mi ritmo, con la gente del día a día. Pero en Agosto
mi tierra se queda vacía… ¡¡Claro, tienen que seguir dando forma a mi vida!!
Pues
voy a aprovechar para decir una cosita. Dejadme más hueco en la playa los
domingos, que a veces agobiáis un poco…
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